Ni palabra de honor ni cuello halter. Este verano mandan los escotes Bardot, off-the-shoulders, barco o, para que todos nos entendamos, los que dejan los hombros al descubierto. Si los pantalones campana han conseguido echarle a un pulso al pitillo fuera de la pasarela, no hay razón aparente para no lanzarse a lucir clavícula.
Como la mayoría de las tendencias revival que nos invaden una y otra vez, esto de enseñar escote en versión horizontal no es nada nuevo. Cuando a principios de los 60 el pudor aumentó el largo de las faldas, se redujo el de las camisetas. Las camisas se anudaban o cortaban a la altura de la cintura (sin dejar que se entreviera la piel, por supuesto) y las más atrevidas reducían centímetros de tela también a la altura de los hombros.
Los diseños más estructurados triunfan en los estilismos de noche mientras que en el día a día las blusas y vestidos vaporosos con elástico ganan la partida.
Como la mayoría de las tendencias revival que nos invaden una y otra vez, esto de enseñar escote en versión horizontal no es nada nuevo. Cuando a principios de los 60 el pudor aumentó el largo de las faldas, se redujo el de las camisetas. Las camisas se anudaban o cortaban a la altura de la cintura (sin dejar que se entreviera la piel, por supuesto) y las más atrevidas reducían centímetros de tela también a la altura de los hombros.
Los diseños más estructurados triunfan en los estilismos de noche mientras que en el día a día las blusas y vestidos vaporosos con elástico ganan la partida.

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